debe ser entonces esta una actividad que hace de la inquietud, de la duda, de la ambiguedad, de preguntarse y repreguntarse por qué sí o no, de tomar decisiones, de la falta de seguridades.

mi vida a cambiado mucho. vuelvo a vivir sólo. V. es un episodio, terriblemente divertido y placentero, pero vivo solo y tengo tiempo para mucho, y pienso y me medito muchas cosas.

hay decisiones que ya nadie toma por mí (¡qué bien!: una relación nunca debería llevar anexo un proceso de despersonalización, ¿verdad?), he retomado el mando de esta nave frágil.

V. me dice que camino como un niño, que parece que no sé a dónde voy, como dudando cada paso... y dice que adora eso en mí.

me halaga, la verdad.